jueves, 14 de febrero de 2008

Algo que decir.....

Hola,.. Ya hace tiempo que he creado este blog, y me siento muy culpable porque sólo he escrito una queja, algo que, realmente, no es tan importante ya que hay muchísimas cosas que contar.

Es un delito tener esta ventana al mundo, y no aprovecharla, de forma que voya a dejar rienda suelta a mi mente y dejar fluir algunas ideas que me andan rondando. Intentaré no divagar demasiado.

Acabo de llegar a casa, después de haber pasado el fin de semana en mi pueblo, como casi todos los millones de personas que vivimos en Madrid sin dejar soltar nuestras raices, nuestra historia, nuestros recuerdos. Muchos son los amigos que dejamos allá, la familia y, sobre todo los profundos sentimientos de pertenencia a un mundo ajeno a lo diario que cobra realidad en cada escapada y se convierte, por unas horas, en un mundo alternativo a lo que conocemos en la cotidianidad de la lucha contra el reloj, los atascos, el no llegar a hora a ningún sitio, el sentirse como un puntito en un maremagnum de personas en los centros comerciales..... en fin, ¿Qué puedo contar que millones de personas no conozcan?.

Si esto es así para mí, que estoy a apenas cuatro horas de mis recuerdos, ¿Cómo debe ser para las personas que han puesto paises, continentes e incluso océanos entre su día a día y sus días de pequeños? No puedo ni imaginar la soledad que pueden sentir.

He de reconocer que cada vez que voy por las calles de mi pueblo, es absolutamente maravilloso cruzarte con caras que habitan en mis recuerdos. ¡Hola Juan! ¡Cuanto tiempo! ¿Qué es de tu vida?, esto es una incesante canción que hace que cada trayecto por esas calles se haga deliciosamente largo. Me gusta salir por sus calles por la emoción de pensar con quién me encontraré que no he visto en tropocientos años, pero la alegría más grande es constatar que no soy sólo yo el que se alegra de volver a ver esas caras que forman parte de mi historia personal, sino que el sentimiento es recíproco.

Otra de las cosas que más me llaman la atención es que el tiempo diluye los desencuentros, de forma que personas con las que en el pasado he tenido algún roce, al reencontrarnos además de una mirada de complicidad, parece que el vinculo emocional es más vivo y, lejos de volver en las rencillas pasadas, es retomar lo bueno que tiene el pasado uniendo a dos almas alejadas contra un presente a veces no tan bueno como se esperó en aquellos días. Complices en el tiempo, el pasado no importa, ¡Nos rebelamos contra un presente injusto...., Ojalá pudieramos volver a tener esas rencillas y estar como estábamos!

En definitiva, una nostalgia de tiempos pasados, de lugares que hoy no son iguales a cómo los recordamos, y la pereza de crear nuevos recuerdos para el futuro, ¿No son ya buenos los que tenemos?...

Pero, como cada fin de semana, ya se ven las orejas al Lunes. Retornemos al presente y a sobrevivir, ¡Que no es poco!

¡Animo y buena semana!

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